La obra de arte se expande poliméricamente y nos permite transitar a través de sus múltiples horadaciones. Los espacios que nos esperan son múltiples y relacionales: espacios en que se adquiere identidad, espacios límbicos; espacios interiores y espacios exteriores, lugares localizables y no lugares o simplemente ubicaciones que van actualizando nuestras posibilidades de estar en la vida.
Quien desee seguridad frente a esta exposición se enfrentará a la incertidumbre, experimentará su propio vaivén, necesitará la fortaleza para sostenerse y perseverar en este continuo desplazamiento y entrecruzamiento, en espacios abiertos o cerrados, en espacios reales o virtuales, en espacios rituales o seculares, en una reflexión sobre el espacio poético como ámbito del estar humano embalado en poliestireno, para hacer posible la constitución de nuestro ser en el encuentro hacia delante o hacia afuera y el reconocimiento de la otredad devenida en experiencia continuamente efímera.
ENRIQUE LUJÁN SALAZAR